Las artes marciales chinas (中国武术) en sí mismas no son más que un compendio de destrezas en el manejo de las armas (兵器法) y del arte del puño (拳法). Distintas sociedades en todo el mundo, tanto antiguas como modernas han desarrollado a lo largo de su historia algún método marcial en el cual ejercitar sus fuerzas armadas. Pero únicamente en la antigua sociedad China, se ideo el concepto de lo marcial como arte “wu shu” (武术) y la marcialidad “wu dao” (武道) como forma de vida. Con referencia a esto se dice que cualquier persona puede ejercitarse en las artes marciales (武术), pero no cualquier individuo puede llegar a ser considerado un guerrero (武士) o una guerrera (女武士). Para alcanzar tal distinción la persona debe haber transitado un sendero de marcialidad (武道) bajo la guía de un maestro calificado (师傅) debe pertenecer a un clan marcial (派), haber desarrollado una “mentalidad de guerrero” (武心) y poseer una “energía marcial” (战士气). Estos conceptos parecen estar más relacionados con una película china que con la realidad, sin embargo esta tradición tiene su origen en el año 606 de nuestra era, cuando el gobierno chino en un intento de evitar la corrupción en la corte imperial, debido al nombramiento de personas incompetentes cuyo único mérito era pertenecer a la aristocracia, creó el sistema de “exanimaciones imperiales”, que consistía en una serie de pruebas que servían para seleccionar a los nuevos candidatos a funcionarios. Todo habitante del imperio sin importar su condición social podía examinarse para servir a la corte. De esta forma las pruebas representaban el camino más corto para ascender en la escala social y por tanto representaban también un objetivo ideal, para todo habitante del imperio desde los campesinos hasta los miembros de las clases cultas y adineradas, todos podían ascender en la escala social por medio del sistema de exanimación imperial. Los aspirantes a cargos en la corte debían dominar dos áreas del conocimiento indispensable en ese momento. El primero era conocido como “erudición” (文) y el segundo como “marcialidad” (武). Fue así entonces como se creó un nuevo perfil de intelectual, una persona que estaba en posesión de ambas cualidades y atributos las de un fino erudito y un poderoso guerrero, “un maestro tanto de la pluma como de la espada” (文武双全). A partir de ese momento se creó el dicho que reza: “capacidad intelectual y poder marcial, como un camino de vida” (文武之道). Fue a partir de entonces que estas cualidades han tenido un alto impacto no solo en China, sino en otros países asiáticos colindantes como Japón y Corea
武道
El sendero de marcialidad
Un sendero de marcialidad (武道) hace referencia a transitar o capacitarse en un sendero de conocimiento que está dotado de un cuerpo de erudición, al que llaman “wen” (文) este está orientado hacia el desarrollo del “pensamiento estratégico” (战略思维) de la escuela marcial, es decir su forma de resolver los enfrentamientos y la metodología aplicada para conseguir la victoria. Este cuerpo de erudición también desarrolla el concepto llamado “wu de” (武德) virtud marcial la cual se 2 entiende en el sentido de la “calidad individual”, la “fuerza interior” o la “integridad”, pudiendo también hacer referencia tanto a cualidades morales, como místicas. De esta forma la clase guerrera (武士家) está subordinada al código del “wu de” (武德) y mediante el mismo aspira a alcanzar la categoría “héroes marciales” (武侠家) esto hace referencia a personas que transitan un camino elevado, que siguen códigos honorables y hacen de su disciplina su camino de vida. Se movilizan por fines justos y se baten con armas nobles. Las personas que se encuentran dentro de esta categoría, ven a sus conocimientos no solo como simples medios de alcanzar una meta, sino más bien como una expresión elevada que alcanza exitosamente sus objetivos de manera natural. Cuanto más se profundiza el cuerpo de erudición, llamado wen” (文) las personas que lo cultivan seriamente reciben la distinción de “casta de eruditos marciales” (演武家) por lo general estas personas sirvieron como consejeros militares y grandes soldados que hicieron su saber hacen una ciencia. Estas personas cultivaron el pensamiento, la palabra y la acción marcial, fueron notorios estrategas y jamás se afanaron en batallas que no pueden ser ganadas. Su accionar no buscaba vencer a un oponente sino más bien restablecer la armonía. Entre esta clase de guerreros circulaba el dicho que “el enemigo más temible se encuentra en nuestro interior” por esta razón al estar en puestos tan importantes, siempre estaban alertas a no caer victimas de su propia arrogancia o ambición. Cuando el sendero marcial en china recibió la influencia del budismo y el daoismo se desarrollo lo que se conoció como el “clan de guerreros místicos” (神秘武家) que a pesar de cultivaban la marcialidad sus artes marciales estaban impregnadas de conceptos como el de la “no violencia” (不伤害) de la escuela budista (佛教) que buscaba dominar a su oponente en lugar de quitarle la vida. Y la noción de la escuela daoista (道 家) de la “armonía con el universo” (宇宙的和谐) donde mediante la práctica de las artes marciales la persona entra en sintonía con estados espirituales de conciencia. Esta clase de guerreros en un principio movidos por el instinto y el temor encontraron en la marcialidad una vía para explorar la violencia. Luego la disciplina los torno sensibles y esta sensibilidad refino su percepción de sí mismos y de su propio accionar. Más adelante alcanzaron la comprensión de la futilidad del conflicto desarrollando así una mayor observación de su personalidad, llegando a comprender que el origen de todas las cosas reside en nuestro interior, tanto de lo bueno como lo malo. Ya en este plano aquello que alguna vez fue violento, ahora aporta paz, lo que alguna vez fue tosco, hoy alcanza la gracia. Lo que alguna vez fue complejo, hoy es simple y directo. Y por último la disciplina los ayudo a trascender el movimiento y conquistar la quietud, la armonía y la paz interior. Estando en paz consigo mismos y al no luchar contra nadie, se tornaron invencibles.