En la escuela Hun Yuan Pai practicamos lo que se conoce comúnmente como Shen Wu (神武) “la marcialidad mágica o espiritual”. Este concepto mágico si se quiere decir religioso. No es más que una invocación en momentos de extrema necesidad. Donde la protección frente al peligro o una ayuda para sortearlo es extremadamente necesaria.
Desde el punto de vista occidental bien se puede reinterpretar como un pedido de asistencia o una invocación a santos y ángeles protectores. Si bien en la realidad china esta es una invocación a guerreros celestiales. Que por lo general están bajo el comando de un Shen Jiang (神将) “general espiritual”. Para hacer más fácil la comprensión de este concepto. Podemos decir que guarda cierta similitud con el concepto de un arcángel que comanda una hueste de ángeles. Aunque el contexto no guarda similitud, creo que la analogía lo hace más comprensible a la mente occidental.
九字护身法 (jiǔzì hù shēn fǎ) “el método de las nueve palabras que salvaguardan el cuerpo” es la traducción literal de una invocación de Shen Bing (神兵) “Soldados Espirituales”. Que es muy comúnmente utilizada tanto por guerreros budistas como daoistas. A la hora de enfrentar un peligro considerable. Tanto sea para entablar batalla con un enemigo formidable o para cruzar un bosque a media noche. Esta invocación está pensada tanto para sortear tanto peligros físicos como espirituales. Todo creyente sabe que para que la invocación sea eficaz. Debe hacerse de la forma tradicional. Es decir mientras se recita la invocación esta debe ser acompañada por unos de Shou Jue (手决) “gestos de manos” que ayudan a concentrar el Qi (气) “energía vital” que sirven para atraer a las huestes de soldados celestiales. Si se posee el suficiente Qi para poder atraer y alimentar a las deidades que se manifiestan rodeando y protegiendo a quien las invoca. La invocación literalmente dice así:
临兵斗者皆阵列前行
Lín bīng dǒu zhě jiē zhèn liè qián háng
“Soldados celestiales desciendan en formación de combate delante de mí”.
Por cada palabra se ejecuta un gesto de manos. De manera precisa con el fin de canalizar la energía interior hacia las manos y de estas fluya hacia las entidades espirituales. Cabe esperar que a nivel energético este ritual cree una barrera que afecte el subconsciente de nuestros oponentes impidiéndoles ser efectivos en sus ataques. O los disuada completamente de establecer contacto con el adepto. Se cree que la persona que potencialmente pueda representar un peligro, percibe a nivel instintivo el efecto de las influencias que hacia ella se proyectan. Estas influencias pueden activar mecanismos de protección disparando miedos subconscientes u otra forma inhibiciones de la personalidad que resulten en una menor capacidad combativa.